jueves, 24 de abril de 2014

Esencia

Me ha venido a la memoria una canción. Sin embargo, luego he creído recordar que en su día ya colgué ese tema en este blog. Así que, ante la duda, nada mejor que preguntarle a Google y… una vez hecha la búsqueda, efectivamente, la dediqué una entrada hace siete años. ¡Cómo pasa el tiempo!

En ese año la descubrí. Y es curioso. El tiempo puede cambiarnos. De hecho, aunque sigo siendo la misma que era hace siete años, llevo un tiempo pensando que no soy del todo igual que antes. ¿Acumulación de experiencias? ¿más madura, tal vez? Puede que sea un poco de todo. Sin embargo, hay canciones que me gustaron hace siete años y me siguen gustando por la misma razón. Me llaman la atención las letras y me llega la melodía. Esta en concreto me hace recordar dónde estaba y con quién en el momento en el que la descubrí, y también me hace recordar momentos y conversaciones que tuve con otras personas que han sido muy importantes en mi vida.

Hace siete años una frase de Gabriel García Márquez me dio pie para dedicarla un post. Hoy… elijo esta canción como banda sonora de esta entrada porque, a pesar de que a veces creo que he cambiado demasiado, parece que hay cosas en mí que será muy difícil de cambiar. Será cuestión de personalidad.

 Ojos y legañas – Paco Bello